En los años setenta, un par de amigas viajaban por la vieja carretera de Ademuz
en dirección a La Eliana, un pueblecito -entonces pequeño- con mucho terreno de
chalets para veraneantes. Allí una de ellas tenía una casa y era donde se
dirigían.
Era por la tarde y conducían con tranquilidad cuando el coche comenzó a hacer cosas raras.
La radio se encendió de pronto y una brillante luz blanca se puso
sobre ellas. Perdieron el conocimiento ambas, o al menos aseguraron no recordar
absolutamente nada.
Al despertar estaban en el chalet,
dentro del coche. Salieron aturdidas de él sin recordar cómo habían llegado
hasta allí, y al salir comprobaron que el coche estaba como loco: el
limpiaparabrisas estaba en marcha, los intermitentes se encendían y apagaban...
Jamás supieron lo que pasó y cuánto
tiempo duró aquello, tan sólo podían recordar que salieron a mitad de tarde y
que cuando despertaron era de noche y
Habían llegado a la casa.
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